El buque oceanográfico Vizconde de Eza acaba de concluir la primera parte de una campaña de investigación que tiene como objetivo comprobar si existen zonas sensibles a la pesca de arrastre en el área conocida como Hatton Bank, donde operan un buen número de embarcaciones gallegas. Durante 14 días, el buque ha estado cartografiando los fondos de la zona en la que faena la flota española -entre 1.000 y 1.500 metros de profundidad- para conocer la distribución de los corales, montañas marinas, cañones hidrotermales y otros ecosistemas susceptibles de ser dañados por la actividad arrastrera.
Este trabajo forma parte de las acciones que a nivel internacional se están llevando a cabo para poder regular la actividad arrastrera en esa zona después de que la ONU llamase la atención sobre el posible deterioro de esos hábitats.
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