España -que este año juega en casa el reparto de totales admisibles de captura (TAC) y cuotas de las especies reguladas por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT)- dio ayer la campanada ante las 38 partes contratantes de la organización regional de pesca al proponer una veda de seis meses para la pesca de atún rojo en aguas del Mediterráneo. La ministra de Pesca, Elena Espinosa, explicó en Sevilla -escenario de la cumbre pesquera- que la posible prohibición de la captura de la especie entre los meses de julio y diciembre responde «a la necesidad de interponer una medida de regulación efectiva dada la preocupante situación en la que se encuentra el sector».? Espinosa recordó que no sólo es España la que apuesta por el cierre temporal de la pesquería, sino que la apoyan, según dijo «muchas de las partes contratantes y de los más de 400 delegados presentes en la reunión».? Aunque, en principio, la veda del atún rojo no afectaría a la flota gallega, más interesada en otras variedades de túnidos, el sector sí teme que la negociación para fijar las cuotas de la especie pueda afectar a los topes de las que sí pescan los buques con base en la ?comunidad.
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