El último temporal llenó las playas de A Mariña de tablones de madera. Previsiblemente, formaban parte de la carga que transportaba desde Suecia a Grecia el carguero Ilya , que el pasado 2 de noviembre tuvo que pedir auxilio y entrar escorado en el puerto de A Coruña tras sufrir una vía de agua.? Los tablones -de entre tres y cinco metros de largo- fueron avistados por el pesquero de Celeiro Minchos V el lunes pasado, que alertó de ello a las autoridades marítimas. La Salvamar confirmó que los objetos, numerosos y muy desperdigados frente al litoral lucense, iban a la deriva a una distancia de la costa de entre cinco y seis millas
El viento del nordeste hizo finalmente su trabajo y arrastró hasta las playas los tablones, que según algunas personas son de pino de Oregón. Antes de que la marea se los volviera a llevar, algunos mariñanos optaron por acercarse a los arenales y llevarse a casa la madera. En algunos casos, llegaron incluso a usar carretillas, carrocetas, tractores y chalanas para acaparar material.? Las autoridades marítimas y civiles eran conscientes de lo que estaba pasando en las playas. Pero al margen de lo que se recoge en la ?Ley 60/1962, que regula los hallazgos de cosas abandonadas en el mar, entienden esta rapiña como una limpieza de las playas para evitar que objetos peligrosos puedan volver a poner en riesgo la navegación.
Depósito a la deriva
Por otra parte, un pesquero de Malpica, el Casal Novo, alertó sobre las cinco de la madrugada de ayer de la presencia de un objeto de grandes dimensiones que flotaba a varias millas de las islas Sisargas.
Miembros de Cruz Roja se dirigieron al lugar en su lancha y, tras localizar el enorme cilindro, intentaron remolcarlo a tierra, aunque tras recorrer parte del trayecto se vieron obligados a pedir ayuda a Salvamento. La Salvamar Altair completó el traslado y arribó a puerto sobre las diez de la mañana.
Fuentes de Salvamento explicaron que puede tratarse de alguna clase de «morto» -peso sumergido para sujetar una boya de amarre- que habría salido a la superficie tras perder su contenido. Desde Cruz Roja apuntan que podría tratarse de un depósito que cayó de algún buque.? La oxidación de la parte superior del depósito revela que podría llevar semanas flotando a la deriva, por lo que resulta aún más complicado determinar su origen.
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