Cuando se cumple una semana del apresamiento del bacaladero vigués Monte Meixueiro mientras faenaba en aguas del archipiélago de Svalbard (bajo el protectorado de Noruega), los abogados nórdicos contratados por la armadora gallega intentan rebajar la fianza que el juez quiere imponer al pesquero, y que puede ascender a un millón de euros. Éste es el paso previo para que quede libre y pueda dirigirse a un puerto español en las próximas horas, aunque le quedará pendiente el proceso judicial iniciado con la llegada a puerto y la inspección por parte de la policía escandinava. El juicio tardará en celebrarse varios meses.
Mientras los abogados de la armadora negocian con las autoridades judiciales del país nórdico, en el barco se han completado ya las operaciones de reembarque de la carga, que fue inspeccionada, registrada, pesada y desestibada de las bodegas del buque, como prueba pericial de las presuntas capturas ilegales en aguas de Svalbard.
Aunque medios noruegos recogían ayer que las toneladas de fletán que había en el barco sumaban 362, aparte de otras capturas, como pez gato, bacalao y camarón, la Secretaría General de Pesca cifró la cantidad de la especie prohibida en 241 toneladas. Esta cantidad resulta de restar al producto el denominado porcentaje de conversión, que descuenta las vísceras y otras partes del pescado. Mientras, en el diario de a bordo del buque, donde se registran las capturas, figuraba que la embarcación sólo había pescado 500 kilos.
Ayer por la tarde estaba previsto que el capitán del Meixueiro , Ángel Paz Gregores, prestase declaración ante el juez que instruye el caso del apresamiento. Pero, finalmente no lo hizo por indicación de los abogados de la armadora.
El Garoya Segundo , cuya llegada a la ciudad noruega de Tromso se espera para esta madrugada, tendrá que someterse al mismo procedimiento que el Meixueiro , salvo que fructifiquen las negociaciones que, según parece, han iniciado los asesores jurídicos de la casa armadora para que el buque recale en el puerto noruego pero sin necesidad de descargar las capturas, admitiendo de facto la culpabilidad en el episodio.
Fuentes del sector prácticamente descartaron esta posibilidad -que no pudo ser confirmada en fuentes de la armadora del buque-, dado que contravendría la sustancia del proceso en sí mismo, y anularía las pruebas que podrán aportarse en la vista posterior.
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