Creo que nos últimos dez anos non se declarou unha presenza de toxina tan alta nas nosas rías, e está complicado que a campaña do Nadal se poida salvar, sobre todo para o sector mexilloeiro». Carmen Gallego, la conselleira de Pesca, dio cuerpo ayer con estas palabras a un fantasma que llevaba tiempo angustiando a los bateeiros: el temor a que la campaña de Navidad, la época en la que se concentran hasta un 40% de las ventas de este bivalvo, se vaya al traste a causa de la marea roja.
Este fenómeno, que cerca la costa gallega desde hace más de un mes, es, como reconoció ayer la conselleira, especialmente virulento en esta ocasión. Buena muestra de ello es que muchos bancos de marisqueo también se han visto amenazados por la conjunción de dos tipos de toxinas: la diarreica y la paralizante. Aún así, los últimos análisis realizados han llenado de esperanza a algunos patrones mayores, que esperan que los bancos se puedan abrir a tiempo para las fiestas.? Pero, para los mejilloneros las cosas pintan peor, ya que en estos momentos sólo hay dos polígonos de bateas abiertos (uno en Sada y otro en Redondela) de un total de más de medio centenar. En estos momentos, están en el aire unos 50 millones de euros (el 40% de la facturación). Una cantidad que no acabará de recuperarse nunca, ya que cuando el mejillón llegue finalmente al mercado lo hará en masa y a precios más bajos.
«Vamos a pasar unas navidades en las que se nos van a caer los dientes con el turrón duro», explicaba ayer gráficamente Guillermo Outeiral, directivo de Opmega. La toxina apareció en el horizonte justo cuando se iniciaba la campaña de ventas destinada al mercado italiano, y ahí sigue, convirtiendo el 2005 en «un año histórico, pero en el peor de los sentidos», según Javier Blanco, otro directivo de la principal central del sector. Esa misma impresión la tienen los mejilloneros de Agame, que ayer calificaban de «negro» este fin de año; y los de Arousa Norte, que están convencidos de que «ya no da tiempo a salvar la campaña».? Precisamente En Arousa Norte han comenzado a elaborar un estudio detallado de las pérdidas sufridas en éste último episodio tóxico. Tendrán que tener esos números bien claros para poder acceder a una línea de ayudas habilitada por la Xunta. Para conseguirlas, recordaba ayer Carmen Gallego, la paralización de la actividad debería prolongarse durante cuatro meses consecutivos o producirse en un momento en el que las ventas supongan el 35% del total anual.
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