Es un año malo para el conjunto de los sectores del mar, las mariscadoras de A Illa atraviesan una difícil situación. Así lo dijo ayer, en la comisión de Pesca, el diputado del BNG Bieito Lobeira. En su intervención, aseguró que las 400 mujeres que integran la agrupación de marisqueo a pie están atravesando una situación límite. Este año han bajado a extraer marisco sólo 65 días, y sus ingresos anuales oscilan -indicaba el nacionalista- entre los 3.500 y los 4.000 euros, «aos que lles hai que restar as correspondentes cotizacións».
A juicio del diputado nacionalista, que hace unos meses visitó A Illa, son varios los factores que han incidido en la caída de la producción de las playas isleñas. Cita, en primer lugar, la proliferación de algas, el carácter «rapotudo» de la almeja en muchas playas -lo que impide que ese producto alcance los 38 milímetros de talla exigidos- e incluso la propia orografía de la costa isleña, «con praias baixando en talude que non permiten a extracción manual».
La baja rentabilidad del marisqueo a pie, dicen los nacionalistas, es especialmente grave en una localidad, A Illa, que es «un dos concellos galegos máis altamente dependentes do mar». La crisis que atraviesa el sector productivo, dice Bieito Lobeira, ha tenido un efecto dominó en otros subsectores económicos, «o que está a multiplicar o fenómeno da emigración neste concello».
Cuestiones
Tras dibujar este sombrío panorama, el BNG preguntó cuál es la evaluación de la situación que realiza Pesca y qué medidas tiene previsto adoptar la Xunta para invertir esa tendencia. En concreto, quieren saber si está previsto dotar a la cofradía de un catamarán para facilitar la limpieza de algas, y cómo se van a eliminar éstas.
Contestó el Director Xeral de Recursos, Francisco Cortés, que dijo que para afrontar ese problema es necesario que los pósitos apuesten por la tecnología. Y aseguró que la Xunta pondrá en marcha una línea de ayudas para tal fin.
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