El accidente que mató a dos tripulantes de la fragata Extremadura, la madrugada del pasado lunes, se debió a un fallo en los materiales, según la versión que ofreció ayer la Armada por boca de su máximo representante, el almirante general Sebastián Zaragoza Soto, jefe del Estado Mayor. Tras subir a bordo y recorrer el escenario del siniestro, la cámara de calderas del buque, el almirante señaló: «Fue un desgraciado accidente». La causa por la que reventó uno de los tubos de una de las calderas es ajena a la mano humana, a juicio del mismo portavoz.
Sebastián Zaragoza explicó que elementos de conducción de vapor de agua a altísimas temperaturas y presión, como son los tubos internos de una caldera, están sujetos a muy estrictos controles. El mismo jefe de la Marina de Guerra mostró su extrañeza por que el accidente se hubiese producido en esta parte del sistema de calor, donde nunca había ocurrido tal cosa. Suele haber fugas en otras partes de las conducciones de vapor, pero no ahí, reseñó.
Anunció una investigación oficial, encargada a una comisión técnica de la propia Armada, cuyos resultados se conocerán en un plazo de dos semanas, aproximadamente.
El almirante jefe detalló que las calderas del buque se revisan cada dos mil horas de funcionamiento y en el caso de la Extremadura llevaban sólo mil horas trabajando desde la última inspección. En cuanto a lo vetusto del buque, con 32 años de navegación, Zaragoza apuntó que la fragata es todavía más joven que la Baleares , dada de baja recientemente.
Se confirma que la explosión se produjo en una de las dos calderas y que de la magnitud de la onda expansiva dan muestra los importantes destrozos causados en el buque.
El Colegio de Ingenieros Navales inició hace escasos meses un proyecto de investigación precisamente para mejorar las revisiones de las fragatas y otros buques de guerra. Para ello, han explicado fuentes de la organización profesional, se pretende automatizar todavía más los controles sobre el estado de los buques.
A su vez, técnicos consultados del astillero responsable de la fabricación de la fragata y de sus revisiones periódicas, Navantia (la vieja Bazán), han mostrado la misma sorpresa que el almirante Zaragoza por la explosión de la caldera. Porque, añaden, van dotadas de numerosos sistemas de emergencia que avisan del peligro, del fallo, o consisten en válvulas que evaden vapor en caso de exceso de presión. Por eso ahora las explosiones de calderas son un accidente raro.
Petición de informe
Por su parte, el juzgado de guardia (Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 3 de Ferrol) ha abierto también diligencias previas y encargado un informe a un equipo de la policía científica. No obstante, a última hora de la mañana de ayer, el fiscal de guardia no había sido informado todavía de las acciones judiciales emprendidas.
La oficina judicial de guardia se encuentra en estos momentos en situación de provisionalidad. Su magistrada titular ha cesado recientemente y su puesto se encuentra ocupado por una jueza sustituta. Tampoco se sabía ayer, con los cadáveres todavía sin enterrar y la emoción a flor de piel, si las familias se van a personar o no en la causa judicial.
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