La empresa de productos congelados Findus ha abierto una investigación interna para aclarar si son ciertas las sospechas que ha hecho públicas el canal sueco TV4, que mostró imágenes de capturas ilegales de bacalao en el mar de Barents que posteriormente fueron vendidas a multinacionales. El programa Kalla Fakta advirtió de que el bacalao congelado que los consumidores europeos están adquiriendo en los supermercados procede de la pesca ilegal.
La cadena privada de televisión está emitiendo durante este mes una serie de reportajes sobre las capturas ilegales de bacalao en la zona de Svalbard, donde las autoridades noruegas mantienen una vigilancia especial sobre barcos piratas que capturan bacalao por encima de los límites acordados. Precisamente en esas latitudes fueron apresados a finales del año pasado dos barcos gallegos, el Monte Meixueiro y el Garoya Segundo , con capturas irregulares de fletán negro.
Aquellas embarcaciones descargan el pescado cogido de forma fraudulenta en varios puertos europeos a través de empresas que negocian con las multinacionales la posterior puesta en el mercado. El portugués Aveiro es el punto más cercano a las costas gallegas en el que se introducen las capturas, según la TV4. Las autoridades noruegas aseguran que dichas acciones están organizadas y no corresponden sólo a movimientos aislados de arrastreros.
Venta a Europa
Findus distribuye a toda Europa una amplia serie de productos congelados, entre los que se incluye el bacalao, por lo que, de ser ciertas las acusaciones, la empresa escandinava deberá demostrar hasta qué punto está envuelta en las acciones ilegales de los pesqueros en el mar de Barents, donde las autoridades noruegas concentran sus esfuerzos para apresar a los buques sospechosos de sobreexplotar los recursos marinos, como sucedió con las recientes detenciones de dos arrastreros gallegos en las inmediaciones de Svalbard.
En el reportaje del canal sueco, la portavoz de Findus garantizaba la procedencia legal de las capturas, pero la emisión televisiva demostró que existen sospechas fundadas para asegurar lo contrario, puesto que algunos responsables de los puertos de descarga admitían desconocer el origen concreto del bacalao capturado.
Ahora, la propia página web de Findus anuncia en portada que la empresa «se desmarca de todo el pescado ilegal» y ha solicitado de forma inmediata a su suministradora, la compañía Pacific Andes, radicada en Hong Kong, que avale el origen legal de las capturas y no comercialice con su subcontratada danesa Kangamiut, una de las acusadas directas en el reportaje. Al día siguiente de la emisión del programa, varios activistas de Greenpeace se manifestaron delante de las oficinas de Findus en Malmö (Suecia). Dentro, un gabinete de crisis admitía la gravedad de las acusaciones.
El descenso espectacular de las capturas globales de bacalao en el mar de Barents, donde se encuentra el mayor banco de esta especie en el mundo, ha llevado a las agrupaciones ecologistas Greenpeace y WWF/Adena a movilizarse para exigir un plan de aprovechamiento sostenible de la zona. Los estudios de los científicos noruegos estiman que las capturas han descendido en un 70% en los últimos 30 años.
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