Los madrileños ya se sabe como son. Porque, al parecer, madrileño era el publicista que decidió dar gato por liebre a los teleespectadores en un anuncio de Fanta. No coló de rondón alguna botella de la competencia. Su gran pecado fue no tener gusto culinario o conocimientos de biología o ambas cosas al mismo tiempo, puesto que diseñó un gigantesco buey de Francia (o de mar, como dicen por la meseta) y lo bautizó como centollo.
Y por si semejante despropósito no fuera suficiente la voz en off aseguraba: Un centollo de ocho patas , como si los centollos fueran una especie caprichosa en la que cada ejemplar decidiera con cuántas patas quería llegar al mundo.
Semejante agravio lo es mucho más si se tiene en cuenta que quien comete el error, según la iconografía del espot, es un viejo marinero nórdico, que seguramente sabrá mucho de leyendas, pero ni una palabra de especies marinas. No obstante, todavía resulta más ultrajante para los gallegos, quienes llevamos el marisco en nuestros genes y el mar en las venas. Pero no fue, como era de esperar, Touriño quien alzó la voz. Ni tan siquiera Carme Gallego, conselleira del ramo, la que reclamara a Coca-Cola la corrección de tamaño error. Tuvo que ser el alcalde del Ayuntamiento de O Grove, el que pusiera el grito en el cielo para que la multinacional decidiera retirar el anuncio de las pantallas.
Según el departamento de prensa de la compañía, el error se detectó tan tarde que no se pudo evitar, aunque, a buen seguro, la gran mayoría de los directivos de la firma habrá visto en más de una bandeja ejemplares de ambas especies las suficientes veces como para no pensar que son lo mismo.
Miguel Pérez, el regidor que devolvió la corrección a los anuncios, poniendo al centollo y al buey de Francia en el lugar que les corresponde, encontró el mejor modo de darle publicidad a su Feria del Marisco sin necesidad de gastarse un duro. Semejante derroche imaginativo y ahorrador debería servir de ejemplo para todos esos primeros ediles que pierden el tiempo en imprimir carteles para anunciar las verbenas de su municipio. Será suficiente con que estén más atentos a la pequeña pantalla y rezar para que siga habiendo publicistas indocumentados.
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