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Schlosser en Galicia
La primera gran exposición antológica de Adolfo Schlosser en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, permite descubrir la vinculación con Galicia del artista en los últimos años de su vida y obras en las que están presentes sus paisajes gallegos más queridos, O Pindo y Corrubedo, cuyas playas son arte y parte en esta muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 16 de mayo.

De Adolfo Schlosser (Litersdorf, Austria, 1939-Bustarviejo, 2004), artista afincado desde mediados de los años sesenta en España, a donde llegó con la escultora Eva Lootz, tuvo ocasión de conocerse su obra en 1998, cuando el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), en Santiago, le dedicó una retrospectiva, la más importantes y completa en ese momento.

El CGAC, además posee en su colección permanente una gran obra de Schlosser, Fata Morgana (1991), una instalación con dos palmeras seccionadas y un espejo.

El Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa (Macuf), de A Coruña, tiene también entre sus fondos una obra del artista, que partió del arte conceptual en los sesenta para hacer después un arte ajeno a todo movimiento y apegado a la naturaleza. Se trata de Puesta de sol (2002), un collage de fotografía sobre papel de lino, en forma espiral, que hace pensar en una caracola. O en una oreja, como las que hacía en los años setenta con piel de cabra y varillas de hierro.

Esta obra guarda estrecha relación conceptual con una serie que Schlosser -Premio Nacional de Artes Plásticas en 1991- hizo en el año 2000, y que puede verse en la exposición de Madrid, en la que el collage fotográfico vuelve la materia de un juego de panópticos hechos con imágenes de Corrubedo y O Pindo, donde tenía una casa de verano, que alternaba con los inviernos de Bustarviejo, en la sierra de Madrid.

Schlosser emplea toda clase de materiales: árboles, ramas, corcho, granito, hollín, cera, cáñamo, pita... y hasta algas recogidas en las playas de O Pindo y puestas a secar en la ventana de su casa gallega, donde realizó también una serie de aguadas que se exhiben ahora en Madrid.



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Fuente: LA OPINIÓN 4/5/2006
 
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