Estas moléculas complejas son utilizadas por los propios productores como alimento. Cuando los productores son comidos por los consumidores dichas moléculas pasan a estos últimos. Tanto en productores como en consumidores, la energía química contenida en estas moléculas es liberada por medio de la respiración, y transformada en otros tipos de energía que permiten, a los seres vivos, realizar todas sus actividades. Así, para todos los movimientos es transformada en energía mecánica; para producir luz como en el cocuyo, en energía luminosa y para producir electricidad como en el temblador, en energía eléctrica. En todas estas transformaciones hay pérdida de energía bajo la forma de calor que se difunde en el ambiente.
La energía no regresa a su fuente de origen, al sol, sino que fluye a través de los diferentes seres vivos del ecosistema y a medida que pasa de unos a otros en las cadenas de alimentos, parte de ella se pierde porque se disipa en el medio bajo la forma de calor. Esto nos permite comprender el hecho de que el flujo de energía va en una sola dirección:
Sol >> Seres Vivos >> Ambiente
También para que el ecosistema pueda mantener su equilibrio energético, es necesario un aporte constante de energía.
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