La muerte de los cuatro trabajadores -en la imagen, el buque en el que ocurrieron los hechos- evidenció la pérdida de la cultura de la prevención que existía en la antigua Bazán.
?a Inspección de Trabajo ha concluido que la causa del accidente laboral que costó la vida a cuatro operarios el pasado mes de mayo en Navantia (la antigua Bazán) fue asfixia por inhalación de gas argón. El informe oficial atribuye el siniestro al «incumplimiento sistemático de las normas de prevención» tanto en el astillero ferrolano como en sus contratas. El siniestro ocurrió a bordo de la segunda de las cinco fragatas que Navantia construye para la Armada noruega. Este contrato con los nórdicos catapultó a la antigua Bazán al mercado internacional, si bien el luctuoso acontecimiento también tuvo una notable repercusión en Noruega.
El técnico Germán Rodríguez Salgado, que elaboró el informe de la Inspección de Trabajo, especifica que los operarios entraron en el tanque donde murieron sin haber efectuado mediciones de composición del aire interior. Tal extremo está contemplado en la evaluación de riesgos de que dispone la empresa Mainfer, una de las contratas, así como las normas del astillero que regulan los procedimientos de permisos para trabajos especiales.
El error
Los términos del informe no dejan dudas: «Todo pone en evidencia un claro fallo en la coordinación de los trabajos por parte de la empresa principal y de las auxiliares que efectuaron los mismos». Lamenta también el técnico de la Inspección de Trabajo que cuando se produjo la primera muerte no se hubieran tomado medidas para el rescate del trabajador fallecido, quizás achacable, añade el informe, a la poca formación sobre espacios cerrados de los otros empleados que perecieron en el siniestro, y al nerviosismo y angustia originados por la primera de las muertes.
En el accidente perdieron la vida Ana Belén Pérez Vilariño, de 29 años; Eduardo González Val, de 30; y Juan Carlos del Real Gamundi, de 48, todos ellos trabajadores de Maienfer, la empresa subcontratada por Navantia; y José Luis Veiga Infante, de 25 años, de la firma Tecnymo.
El siniestro ocurrió a las ocho de la mañana del pasado 11 de mayo. La antigüedad de los operarios era de uno a cuatro meses, lo que da idea de su posible formación.
Las familiares de los cuatro trabajadores, que han designado al despacho Pieltain-Fuertes para que los represente en el proceso, no se han pronunciado por el momento en relación al informe, conocido ayer.
El juez de Ferrol que instruye la causa lo estudia ahora para determinar las diligencias a llevar a cabo.
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