Si pretendía un compromiso unánime, tampoco ha acertado en esta ocasión. El enésimo intento de Bruselas de arrancar a los Veinticinco el visto bueno para recuperar las poblaciones de merluza y cigala en aguas ibéricas corre el riesgo de fracasar de nuevo, al menos si el Ejecutivo comunitario no se aviene a modificar su postura antes del próximo lunes, fecha en la que los ministros de Agricultura debatirán el plan.
El secretario general de Pesca Marítima, Juan Martín, aseguró ayer en Toledo que España rechazará la propuesta que ha puesto la Comisión encima de la mesa, si sigue empeñándose en incluir el establecimiento de vedas entre las medidas para conseguir la regeneración de los stocks de esas especies.
De prosperar la tesis de Bruselas, la flota gallega sería una de las más perjudicadas, puesto que una de esas áreas cerradas a la captura de merluza y cigala se situaría frente a las Rías Baixas y, además, afectaría a un segmento de actividad que ya tiene que hacer frente entre octubre y enero a una extensa veda frente a las costas de A Coruña.
Remitiéndose a los datos aportados por los científicos, el secretario general de Pesca Marítima considera que las poblaciones de merluza y cigala en el caladero ibérico pueden recuperarse sin necesidad de establecer áreas de exclusión pesquera, al tiempo que se muestra partidario de actuar a través de la limitación de los días de actividad y del esfuerzo pesquero, unas medidas a las que, por otra parte, tampoco renuncia la Comisión Europea.
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