Noviembre parece haberse abonado a la marea roja. Desde hace tres años, cuando llega ese mes, la mayoría de los polígonos de bateas reciben la visita de algún tipo de toxina que obliga a parar la actividad. El 2005 no es una excepción. Tras una campaña excesivamente salpicada de episodios tóxicos, los mejilloneros gallegos llevan casi un semana de paro total. A día de ayer, el polígono Vilagarcía A, situado en el fondo de la ría de Arousa, era el único que resistía. El resto están cerrados, y las previsiones parecen indicar que seguirán así aún durante algún tiempo.
¿Pero cuánto? Según las previsiones que maneja la Consellería de Pesca, en algunas zonas el cierre parece garantizado para las próximas dos semanas. Y podría durar hasta un mes en aquellos puntos en los que se detecta una mayor concentración de células tóxicas.
Las áreas peor paradas en esas previsiones aparecen al sur del mapa de Galicia, en las rías de Pontevedra y Vigo. En Arousa, las cosas no se dibujan demasiado bien para los polígonos de Meloxo, en la entrada de la ría. Y en O Grove también pintan bastos en lo que a mareas rojas se refiere.
Si se confirman los peores augurios y la toxina se aferra a las aguas de las rías gallegas, los mejilloneros podrían creer estar reviviendo el 2004. El pasado año, una fuerte marea roja envolvió a los polígonos de bateas durante casi todo noviembre, haciendo temer que la campaña navideña se fuese al traste.? El temor a perder esa importante temporada de ventas ha vuelto a surgir entre los mejilloneros. Pero esta vez pueden respirar algo más tranquilos: la Xunta se ha comprometido a habilitar una línea de ayudas para los productores en caso de que los cierres se prolonguen durante más de cuatro meses o se produzcan en épocas en las que se concentre el 35% de las ventas anuales. La Navidad entraría en esa última categoría.
Reaparición
El prolongado cierre de polígonos habla de la virulencia de la marea roja que ha llegado a las rías gallegas empujada por los vientos del sur. La fuerza del envite la ilustra también la afectación que están sufriendo algunos bancos de marisqueo, pues en la ría de Arousa están cerradas dos zonas a la extracción de almejas, berberechos y demás mariscos infaunales. En cualquier caso, uno de los datos más característicos de la marea roja que ahora se atraviesa es la reaparición, tras diez años de ausencia, de la toxina paralizante (PSP).
Tras una semana de paro, el único mejillón gallego en el mercado es el congelado, mientras que la industria se está sirviendo de bivalvo foráneo.
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