Los mariscadores de la Ría de Vigo extrajeron ayer más de 3.000 kilos de marisco en el primer día de la campaña navideña. Faenaron un total de 200 embarcaciones: 173 en la ensenada de San Simón y 27 en Baiona, las dos únicas zonas de la ría abiertas debido a la marea roja.
Los pescadores decidieron anteayer regresar al mar para no perder los ingresos que se consiguen en estas fechas debido a la proximidad de la Navidad, después de que el pasado 29 noviembre dejasen de mariscar debido a la presencia de toxinas.
El precio de la almeja fina osciló entre 26,80 y 21 euros/kilo, según el tamaño, y el de la almeja babosa entre 19,82 y 19,43; el de la rubia alcanzó los 13,11 euros; el de la japónica osciló entre 9,87 y 9,65 euros; el berberecho se pagó a 2,80 y el reloj a 2,60 euros/kilo, según fuentes de la lonja de Moaña, donde venden el marisco capturado la mayoría de las cofradías
Fuentes próximas a las cofradías de Redondela manifestaron a FARO que los mariscadores estaban decepcionados con los precios que alcanzó el marisco, pues contaban con que fueran más elevados después de siete días sin faenar debido a la marea roja (de viernes a domingo no se trabaja). Estas mismas fuentes indicaron que "siete días sin trabajar significan mucho dinero en estas fechas, ya que en diciembre se incrementan los cupos de capturas y los precios debido a la proximidad de la Navidad".
Por su parte un portavoz de la Cofradía de Baiona mostró la disconformidad de este pósito con la decisión de abrir la zona de Baiona, donde sólo se pudo capturar 6 kilos de almeja babosa por tripulante. "En total faenaron 27 embarcaciones de a flote, pero sólo 3 pertenecían a nuestra cofradía, ya que el resto de nuestros asociados fueron al percebe". Esta misma fuente recordó que aunque el cupo de almeja babosa es de 8 kilos por persona, "nosotros fijamos 6 kilos durante un año para tratar de cuidar el banco marisquero, por lo que no encontramos lógico que ahora dejen faenar a toda la flota de la ría en estas aguas". En este mismo sentido se pronunciaron los responsables de la Cofradía de Arcade, que opinan que la ensenada de San Simón no podrá soportar la presión de tantos barcos faenando en ella.
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