Las patrullas de mariscadoras que, tal y como adelantó la semana pasada este periódico, vigilarán la ría no son obligatorias. La agrupación ha dejado libertad a las propias trabajadoras para que se incluyan o no en estos equipos de lucha contra el furtivismo. Pero, de forma sorprendente, y pese a que confiesan tener miedo a los ilegales, la inmensa mayoría de estas mujeres están dispuestas a vigilar los bancos de marisco que les dan de comer.
Estos días, a medida que regresaban de la marea, las compañeras de la junta directiva les fueron informando de la próxima constitución de las patrullas, para ver quiénes se ofrecían a participar.
Sin embargo, todas las mariscadoras entrevistadas por este periódico coincidieron en algo: en la necesidad de que las autoridades vigilen con ellas. Explican que, como trabajadoras, no tienen potestad para detener o quitar el marisco a nadie, por eso creen que, por mucho que patrullen, no sirve de nada si no es efectivo.
Petición > Las mariscadoras explican, sin embargo, que este apoyo tanto de la Xunta como de la Guardia Civil se lo solicitaron a la Consellería de Pesca, pero aseguran que no les hacen ni caso .
Su idea es vigilar y, si detectan algún furtivo, poder tener a algún agente en la zona al que dar aviso, para que actúe, ya que ellas, por sí solas, no tienen autoridad de detener o sancionar.
Además, las trabajadoras aseguran que tienen miedo de lo que les puedan hacer los furtivos. Hoy mismo estuvieron aquí los de la Xunta y los furtivos no les hicieron ni caso; ¿nos lo van a hacer a nosotras? Lo que harán es pegarnos o quién sabe , manifestaba ayer una de las escépticas mariscadoras, para quien las patrullas son una pérdida de tiempo .
Organización > La agrupación, no obstante, sigue adelante con sus planes. Cree que toda medida para combatir a los furtivos es poco. Lo quieren organizar cuanto antes, pues en abril pretenden que la vigilancia esté ya activa, con los grupos de cinco personas, en turnos de veinte, perfectamente formados.
Según explicaron, este mes trabajarán cuatro días más, y con esto se acaba la actual campaña. En marzo quieren sembrar de nuevo la ría, con lo que sería el siguiente mes cuando vigilaran, pues el objetivo es que, tras el verano, y cuando se inicie la nueva campaña, no esté todo esquilmado, como sucedió la última vez. Estamos comprobando este año que si no vigilamos, cuando empecemos ya no habrá nada , explican las afectadas.
La jornada de ayer fue una prueba del estado en que se encuentra la ría. Las mariscadoras prácticamente sólo cogen berberecho, y mucho tienen que devolverlo al mar por no dar la talla.
En cuanto a la almeja, entre las aproximadamente 140 mujeres que ayer bajaron a la ría, apenas llenaron nueve capachos. Nada que ver con las campañas habituales. De hecho, una de las especies que se captura normalmente en O Burgo, la almeja babosa, quedó vedada hace ya varias semanas, por parte de la Xunta.
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