Medio millón de euros. Ése es el precio que tendría subir a la bajura gallega al carro de la modernidad. O al menos esa es la subvención que la Federación Galega de Confrarías y las tres agrupaciones provinciales piden para poner en marcha el proyecto que han denominado plataforma para la gestión integral de la pesca y el marisqueo en Galicia, una iniciativa que aborda desde la necesidad de mejorar la comercialización de los productos, para lo que plantean participar en ferias y congresos del sector, hasta la vertiente más nueva e innovadora de la pesca, que es el turismo marinero.
Aunque siempre parten de la base de que «o mariñeiro o que quere é pescar, non pasear aos turistas», no obvian que en el ocio hay un nicho económico que puede contribuir a mejorar la rentabilidad del sector pesquero y que, al mismo tiempo, permite inculcar el respeto por el medio marino. Así, las cofradías proponen una revisión de las fiestas gastronómicas para hacerlas atractivas para los visitantes, organizar visitas guiadas,; e incluso plantear a los turoperadores ofertas de fin de semana.? Pero el proyecto va mucho más allá. Es una propuesta para lograr la gestión única de toda la pesca a través de seis acciones específicas. La primera es la creación de un servicio de divulgación y asesoramiento a los pósitos, que actuará en los ámbitos jurídico, fiscal y técnico.?
Información para todos
También plantean la necesidad de crear un portal sectorial, una página web que tendría dos niveles, uno de acceso al público en general y otro reservado al profesional con información meteorológica, cartográfica e, incluso, oferta formativa..? La creación de un seminario continuo para el estudio de la comercialización -pues admiten que saber presentar y vender los productos es uno de los puntos débiles de la bajura-, a puesta en marcha de plataformas tecnológicas para detectar las necesidades urgentes de la bajura en I+D+i, y dar a conocer entre los profesionales las novedades técnicas son otros de los objetivos que persiguen. Cierran la lista la constitución de redes sectoriales que permitiesen a la bajura estar en foros como la FAO o la OMI, junto a la creación de un observatorio medioambiental que diseñaría un protocolo de actuación para luchar contra la contaminación marina.
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