|
|
Si quiere que "cuelen" sin protestas unos spaghetti cocidos hace varios días, sáquelos del agua un minuto antes de lo habitual, páselos bajo el grifo de agua fría, mézclelos con una cucharada sopera de aceite de oliva, revolviendo bien, y guárdelos en la nevera. Cuando llegue el día de comerlos, caliente la salsa e incorpórele los spaghetti. Nadie creerá que no estén recién hechos. |
|
|
|
|