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Puede congelar los tomates, vaciados y a punto de relleno, tomando simplemente la precaución de envolver en papel de aluminio el casquete que les ha cortado para vaciarlos. Cuando llegue el momento, los rellena congelados y los mete así en el horno. Igualmente puede congelarlos ya rellenos y a medio cocer. Bastará con esperar a que se enfríen completamente antes de introducirlos en el congelador. |
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