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Si teme que ha comprado en exceso y se le echen a perder, piense que puede congelarlos. Para hacerlo, corte los tomates a trocitos, elimine las semillas, introdúzcalos en un recipiente adecuado y ciérrelo herméticamente. También puede congelar el tomate pronto para salsa: pelándolo y pasándolo por el pasapurés. Un truco interesante consiste en llenar con esta salsa los huecos de una cubitera, formando así cubitos de zumo de tomate. De esta manera podrá tener siempre a mano la cantidad que desee. |
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