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Llene de vinagre blanco corriente un frasco bonito de boca ancha. Pinche en unos palillos dientes de ajo pelados y hojas de laurel alternados. Introdúzcalos en el frasco de vinagre. Si le gusta más bien un poco fuerte añada una guindilla seca. Cuánto más tiempo lo deje en maceración, mejor gusto y aroma tendrá. Puede ir añadiendo a medida que se gasta. Sólo tiene que tener una botellita de vinagre, a ser posible de vino, y colocar en ella, un poco de malta, tomillo, laurel, ajo o las hierbas que a usted más le gusten. Déjelas unos cuantos días y ya tiene el vinagre deseado. |
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