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Si la botella de vino tinto se ha calentado, envuelva la botella en un paño empapado en una solución de agua y sal gorda para enfriarla. Las temperaturas aconsejadas de los vinos son las siguientes:
Vinos tintos: jóvenes y ligeros: entre 9 y 12º; jóvenes, pero con cuerpo: entre 12 y 15º; viejos: entre 18 y 20º, sin sobrepasarlos en ningún caso.
Vinos blancos: secos jóvenes: entre 8 y 10º; secos viejos: entre 10 y 12º.
Vinos rosados secos: entre 8 y 12º. Las variaciones de temperatura son perjudiciales para el vino.
Por consiguiente, más vale conservarlo en una habitación más cálida, pero de temperatura estable, que en otra sometida a frecuentes cambios de temperatura. La cocina, por ejemplo, es un mal almacén para el vino, ya que cambia de temperatura según se usen los fogones y las máquinas que en ella suele haber. Por otra parte, no olvide que el aire caliente tiende a subir; guarde, pues, las botellas a nivel de suelo, donde a veces puede haber diferencias de hasta 6º con respecto a las alturas de la habitación. |
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