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La ciruela es uno de los frutos que mejor admite la desecación para conservarla. Para que la cosa resulte, es preciso recurrir a frutos de tamaño grande. Corte las ciruelas por la mitad, quíteles el hueso, distribuya las mitades en la parrilla del horno, regule éste a su temperatura mínima y deje la puerta ligeramente entreabierta. El tiempo de secado varía considerablemente. Las ciruelas estarán a punto cuando hayan perdido la suficiente agua, pero su pulpa esté esponjosa. Antes de encerrarlas en frascos de cristal espere a que se enfríen por completo. |
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