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El gigot, la pierna trasera del animal, es la pieza reina de las carnes de cordero. Evite deshuesarla, a no ser que quiera servirla rellena. Ásela en el horno precalentado a 240º. Obtendrá una carne jugosa, tierna y de un rosa uniforme si la vuelve tres o cuatro veces en el curso de la cocción y la riega con su propio jugo. Acabada la cocción, sáquela del horno, sazónela y envuélvala en papel de aluminio durante algunos minutos dándole vueltas frecuentemente para que la sangre y los jugos se extiendan por toda la carne. Retire el papel de aluminio en el momento de servir. Hierbas que casan bien con el cordero: tomillo, serpol, orégano, menta, coriandro. |
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