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Cuando lave la lechuga, añada al agua una cucharadilla de bicarbonato para tener la certeza de que va a eliminar cualquier residuo que eventualmente pudiera quedar de productos químicos. No deje la lechuga en remojo más allá de 3 minutos, si no quiere que pierda sus propiedades nutritivas. Luego escúrrala cuidadosamente. |
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