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Cuanto más cuidadosamente fría la carne, más sabroso resultará el estofado. Preste atención a los puntos siguientes: eche la carne, cortada a trozos uniformes y pequeños, en el aceite bien caliente y dórelos por todos lados. Así se cerrarán rápidamente los poros de la carne y no perderá su jugo, con lo que resultará más tierna y sabrosa. Retire la carne de la cazuela y eche en su lugar las verduras que lleve el estofado, cortadas a trozos pequeños. Deje que sude un poco; de esta forma desglaseará el fondo de la cazuela y obtendrá un fondo de estofado gustoso. Devuelva la carne a la cazuela, sazónela y añada agua, caldo o vino. Tape la cazuela y ponga el estofado a fuego bajo. |
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