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Los huevos frescos no pueden congelarse enteros porque la cáscara estallaría. Sin embargo, hay dos procedimientos para hacerlo. El primero consiste en batir conjuntamente claras y yemas, añadiendo una pizca de sal o de azúcar (2 puntas de cucharadita por huevo), y congelarlas en un recipiente adecuado. La sal o el azúcar tienen por misión impedir que las yemas se endurezcan. El segundo procedimiento es congelar las claras y yemas por separado - mezclando a las yemas, eso sí, la correspondiente ración de sal o de azúcar. Las claras, ligeramente batidas, pueden congelarse tal cual. Una vez descongeladas, pueden montarse como si fueran frescas. |
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