Según el Sustrato Dominante:
Costas rocosas: su configuración puede ser muy variable en función del tipo de roca que las conforme; su perfil varía también con la estratigrafía (si es inclinada, aparecerán muchas grietas y charcas).
Costas arenosas: se forman por la acumulación de grandes cantidades de granos, generalmente de cuarzo, y su configuración depende básicamente del tamaño de dichos granos y de la exposición a la acción de vientos y olas.
Costas fangosas: se forman por acumulación de partículas minerales mucho más finas mezcladas con diversos restos orgánicos; para que el fango se acumule, la costa ha de ser prácticamente llana. Este tipo de costa aparece muy a menudo en zonas de estuarios.
Según el Grado de Exposición al Viento y a las Olas:
Costas expuestas: son generalmente zonas de acantilados, poco protegidas, en las que el mar y el viento baten con fuerza; las olas no encuentran freno a su avance y llegan a alcanzar varios metros de altura.
Costas semiexpuestas: son aquellas en las que las olas no rompen con tanta fuerza ya que están más abrigadas y el efecto del viento es mucho menor.
Costas protegidas: aparecen en lugares muy abrigados o rodeados de grandes rocas, por lo que la acción del viento y de las olas está muy debilitada.
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