Contaminación Marina.
Los vertidos que llegan directamente al mar contienen sustancias tóxicas que los organismos marinos absorben de forma inmediata. Además forman importantes depósitos en los ríos que suponen a su vez un desarrollo enorme de nuevos elementos contaminantes y un crecimiento excesivo de organismos indeseables. Estos depósitos proceden de las estaciones depuradoras, de los residuos de dragados (especialmente en los puertos y estuarios), de las graveras, de los áridos, así como de una gran variedad de sustancias tóxicas orgánicas y químicas.
Al juntarse el agua de los ríos con los mares, éstos sufren las consecuencias de la contaminación de los ríos, provocando una intoxicación a los peces, que lleva una disminución de la producción pesquera en las zonas costeras, debido a la mortandad de éstos.
El mar se contamina, además, cuando los barcos que transportan crudos petrolíferos accidentes y estas materias contaminadas caen en el océano.
Cuando es vertido este elemento al mar, los hidrocarburos, por no ser miscibles con el agua, flotan en ella y forman una capa que se mueve al ritmo de las corrientes marinas. Una parte, en este proceso, se disuelve en el medio acuoso, y el resto termina en las playas.
Como los océanos son tan vastos, los seres humanos creyeron en otra época que era virtualmente imposible contaminar estas masas tan enormes de agua. Durante décadas, hemos utilizado los océanos como vertederos de nuestras aguas fecales, basuras, desechos químicos e incluso radiactivos. Como también utilizamos los océanos para el transporte, muchos accidentes de navegación han resultado contaminantes. Para proteger la vida marina y la salud de nuestro planeta, debemos encontrar soluciones a estos problemas.
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