Antes de los años 1960, nadie se inquietaba por las contaminaciones que las actividades humanas podían inducir en el litoral. Los vertidos de productos tóxicos industriales abrieron el camino a la lucha contra las contaminaciones: primero desde el punto de vista reglamentario y después por medio del tratamiento de las aguas residuales. Las contaminaciones industriales y urbanas cada vez son más fáciles de estudiar porque su fuente es altamente identificable. Las contaminaciones difusas, como las de origen agrícola, son más difíciles de identificar y sobre todo erradicar. Se creía que la identificación del contaminante era suficiente para controlarlo incluso suprimir las fuentes de contaminación, se trataron varios casos siguiendo estas pautas, pero esta no es la solución.
La agregación de seres vivos, tribus, aldeas, comunidades y acumulación de residuos es una consecuencia de la vida, su erradicación total es imposible pero podemos reducir los niveles de contaminación, y aplicar modelos de gestión de residuos que sean capaces de minimizar la contaminación al medio.
La mejor manera de reducir la cantidad de residuos que tienen que ser evacuados es limitar el consumo de materias primas e incrementar la tasa de recuperación y reutilización de materiales residuales.
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