A la salida de Redondela, pasado el puente del ferrocarril, el Camino se introduce en un bosque. La señalización conduce hasta las ruinas de una de las casas de postas que jalonaban la ruta. Cerca esta Sotoxusto. Rodeado de pinos, se desciende por el lugar de Setefontes para atravesar Arcade por las típicas calles Lavandeira, Cimadevila, Velero, Barrancos y Coutada y Ilegar al histórico Pontesampaio: el Camino cruza el río Verdugo por el puente, donde, en la Guerra de la Independencia, se produjo una de las mayores derrotas del ejercito napoleónico en Galicia, a manos del pueblo armado.
La ruta sale del puente y recorre la villa de Pontesampaio, subiendo por una estrecha y empedrada calleja que aparece a la izquierda. Por ella se abandona el núcleo urbano. Se hace un alto en Santa María de Pontesampaio (s. XIII), buen ejemplo de románico rural; conserva los muros de la nave, sus puertas laterales, con arquivoltas de medio punto y tímpano, y presbiterio rectangular cubierto con bóveda de cañón apuntado.
Cruzando la carretera del cementerio, pronto aparece la vieja “pontella” de A Ponte Nova. Ella conduce a la Vrea Vella de Canicouva, antiquísimo camino empedrado. La encrucijada que presidía el cruceiro de Cacheiro da paso a los restos de otra casa de postas. El Camino se acerca a Santa Marta de Gandarón, dejando atrás los lugares de Boullosa y Bertola. Por asfalto, en un trayecto de tres kilómetros, ya se alcanza Pontevedra. Se entra en la ciudad por el camino de Gorgullón y Virxe do Camino.
Pontevedra posee uno de los conjuntos histórico-artísticos más bellos de Galicia.Se LLega a el por la calle Benito Corbal, que conduce a la plaza de A Peregrina, donde está el Santuario de la Virgen Peregrina (s. XVIII), uno de los puntos de referencia para las devociones de los peregrinos. La sugerente iglesia fue concebida en 1778 por el arquitecto Arturo Souto con planta en forma de concha de vieira. Se trata de un templo de la Ilustración, con recuerdos decorativos de la tradición barroca. El solemne retablo de la Virgen es obra del arquitecto académico Melchor de Prado, quien lo proyectó en 1789.
No muy lejos -al final de la calle Michelena- se encuentran las evocadoras ruinas del Convento de Santo Domingo (siglos XIV-XV). Su iglesia era el mayor de los templos dominicos gallegos. Tenía nave única y cubierta de madera a dos aguas, crucero con resalte y techo de madera, y tres ábsides poligonales con bóvedas nervadas y ventanales rasgados, amainelados y apuntados. Por fortuna se conservan en pie los cinco ábsides abovedados de la cabecera, el transepto y buena parte de la sala capitular. En la actualidad forma parte del Museo de Pontevedra.
El Camino conduce de la Peregrina a la inmediata Ferrería, plaza embellecida con los Jardines de Casto Sampedro, la bella Fonte da Ferrería (s. XVI) y la Iglesia Conventual de San Francisco (s. XIV), construida con las características propias del gótico mendicante. En su capilla mayor se encuentran varios sepulcros bajomedievales de nobles locales. Destaca el de Payo Gómez Charino, almirante de Castilla y poeta eminente del siglo XIII.
El Camino Portugués continúa en Pontevedra por la rúa Soportales, deja atrás la blasonada plaza de Teucro y sigue por la rúa Real, eje principal de esta ruta de peregrinación en el trazado urbano de la ciudad del Lérez.
El peregrino no puede dejar de visitar el Museo de Pontevedra. Sus fondos se encuentran en varios edificios históricos de la ciudad. Destacan su colección de orfebrería prerromana, sus salas de pintura y grabados y la sala de azabaches compostelanos, una de las mejores de España.
En la zona noroccidental del casco histórico está la Basílica de Santa María A Grande, templo patrocinado por el gremio de mareantes de Pontevedra en el siglo XVI. Posee una bella arquitectura donde se conjuga el último gótico con las tendencias renacentistas. Dieron sus trazas los maestros Juan de los Cuetos y Diego Gil. Tiene planta basilical de tres naves separadas por pilares góticos. En su interior coexistieron celebraciones litúrgicas y reuniones gremiales de los marineros. Las bóvedas estrelladas que cubren las naves se terminaron en 1559.
La fachada tiene aspecto de retablo pétreo. La realizaron a mediados del XVI el escultor de origen flamenco Cornielles de Holanda y el portugués Joao Nobre. Su programa iconográfico esta dedicado a la exaltación de la Virgen y de la Iglesia. Los episodios centrales son el Tránsito de María y, sobre el rosetón, la Asunción y la Coronación de la Virgen, asistida por la Trinidad. En el remate esta el Calvario, momento culminante de la Pasión del Señor, a través de la cual se logra la Redención del genero humano. A ambos lados de la puerta principal están San Pedro y San Pablo, piedras angulares del Edificio de la Iglesia. Cuando los fieles pasan a través de este arco de triunfo, se opera la unión con Cristo a través de su Iglesia.