Durante siglos, los peregrinos procedentes de Portugal accedían a la ciudad de Tui cruzando el río Miño en barca. En 1884, la construcción del Puente Internacional les ofreció un paso peatonal que no desdeñaron. Desde el puente, el trazado se dirige hacia el puerto tudense de Lavacuncas, donde se producía antaño el desembarco de peregrinos, situado a espaldas del actual Parador de Turismo. Desde el viejo puerto, el trazado se dirige hacia el casco histórico de Tui siguiendo el denominado Camiño da Barca, para continuar por las calles Obispo Maceira, Costa do Piñeiral y Tras da Obra.
Tui se presenta como punto de arranque del Camino Portugués en Galicia. La presencia de siglos de buena arquitectura es evidente en cualquier calle de su casco histórico. El dulce e íntimo callejear por esta ciudad de noble encanto siempre se siente sobrecogido al Ilegar a la Plaza de San Fernando, dominada por la almenada silueta de la fachada occidental de la catedral.
La catedral de Santa María de Tui es ob0ra románica y gótica, cuyas capillas y naves se engalanan con retablos, imáge0nes y pinturas de los siglos XVI-XVIII. Comenzó a edificarse entre 1145-75, siguiendo pautas del modelo catedralicio compostelano. Tras varias transformaciones y cambios de plan, este románico de pura estirpe es solo visible en los brazos del crucero, divididos en tres naves, y en la portada norte. La siguiente campaña constructiva, desarrollada entre 1180 y 1200, continúo en las naves mayores.
El final se hizo en gótico, en el primer tercio del siglo XIII, empleando pilares fasciculados, bóvedas de crucería cuatripartita, triforios con arcos apuntados, en las naves centrales del transepto y del brazo mayor de la cruz. En la fachada se inicia la escultura gótica española. En 1225 comenzó a labrarse la portada principal con artistas de Laon y Chartres (dos catedrales góticas de Francia). Los soportes que sostienen las arquivoltas ojivales son estatuascolumnas que representan, a la izquierda, a Moisés, San Pedro, Isaías y San Juan Bautista; a la derecha esta la pareja real de Salomón y la Reina de Saba, acompañados por los profetas Daniel y Jeremías; este último sostiene un Crucifijo -culminación y síntesis de la Pasión del Señor-, el primero del arte gótico hispano.
El tímpano se divide en tres registros. En los inferiores se suceden las escenas de la Anunciación, el Nacimiento de Jesús, el Anuncio a los Pastores, el encuentro de los Magos con Herodes y la Epifanía. Una primera parte del programa icnográfico de la portada está dedicada a la exaltación mariana, con la Coronación de la Virgen, efectuada por los Ángeles en los episodios de la Infancia de Jesús: la Natividad, en el centro del dintel, y la Epifanía, en el registro medio. En el registro superior del tímpano, las arquitecturas de una ciudad simbolizan a la Jerusalén Celeste, presuponiendo el anuncio del Juicio Final. La idea unificadora de la obra, el mensaje central del relato esculpido, es la comunión entre Cristo y su Iglesia, concebida desde la Redención.
La catedral tiene un claustro de la segunda mitad del siglo XIII cuyo estilo esta influido por la arquitectura cisterciense del monasterio de Oia (Pontevedra). Es el único claustro medieval completo que conserva una catedral gallega. Como valor añadido, posee parte de la sala capitular románica del siglo XII.
En el interior destacan varias capillas del siglo XV: la capilla mayor y las laterales, dedicadas a San Pedro y Santiago, la capilla de San Andrés y la capilla-museo de Santa Catalina. La capilla de Santiago tiene un retablo de 1696 dedicado al Matamoros, obra del escultor tudense José Domínguez Bugarin, que integra un relieve de Santiago ecuestre, de fines del XVI, del maestro Alonso Martínez. De época barroca hay que citar también la capilla de San Telmo, con su retablo-relicario, la sillería coral, obra del escultor Castro Canseco, de principios del XVIII, y las cajas de los órganos, talladas en 1714 por Domingo de Fornelos; tienen como remates las imágenes ecuestres de San Telmo y Santiago.
En la plaza del Consistorio, adyacente a la catedral, esta el Museo Diocesano de Tui-Vigo, organizado en el antiguo hospital de peregrinos que había patrocinado, a mediados del XVIII, el obispo Castañón. Se trata de un centro del mayor interés, por contar con una esplendida colección de escultura sacra y orfebrería litúrgica de los siglos XIII al XVIII.
El Camino Portugués continúa por la Rúa das Monxas, a la sombra de los muros del convento de las clarisas, las "Encerradas". Posee una bella iglesia de nave única de finales del siglo XVII, con un retablo mayor del escultor Domingo de Fornelos, de principios del XVIII.
La ruta pasa por el Túnel das Monxas, desciende unos escalones y Ilega al emplazamiento donde estaba la Porta Bergana, uno de los accesos a la ciudad medieval. Dejando atrás esta puerta evocada, se continúa por las calles Obispo Lago y Antero Rubín, hasta la iglesia de Santo Domingo de Tui (s. XIV), construida con las características propias del gótico mendicante: planta de cruz latina, crucero con resalte y cabecera de tres capillas poligonales cubiertas por bóvedas nervadas e iluminadas por altos vanos geminados. Destaca el retablo de la Virgen del Rosario, de 1741, Ilamado "de la Batalla de Lepanto", por la inédita presencia de tal acontecimiento bélico ocupando todo su ático.
Las calles Antonio Valiño y de San Bartolomé conducen hasta la iglesia románica de San Bartolomé de Rebordáns. Fue construido como templo monástico a fines del siglo XI y cuenta con planta de tres naves y tres ábsides. En la capilla mayor hay murales de fines del XVI sobre la Pasión del Señor. En este antiguo monasterio encontró hospitalidad, a principios del XII, el prelado compostelano Diego Gelmírez cuando trasladaba las reliquias de Braga para la catedral de Santiago.
Dejando atrás esta joya del Camino Portugués, la ruta discurre, durante un tramo, por la carretera N-550 hasta la capilla de la Virxe do Camiño. Desde este punto, la carretera local de Paredes de Abaixo conduce hasta el evocador Puente de San Telmo, Ilamado Ponte das Febres. Aquí se presentan dos opciones: continuar el camino que surge frente al puente, de difícil transito en invierno, o tomar el de la izquierda, dando un pequeño rodeo. Ambas posibilidades Ilevan hasta el lugar de A Madalena.
Continuando muy cerca de la iglesia de Santa Columba de Ribadelouro, el camino pasa el puente de Orbenlle. Dejando a poniente las Gándaras de Budiño, atraviesa un polígono industrial aprovechando un antiguo sendero que discurre por cotas más bajas. La capilla de A Virxe da Guía indica la cercanía de 0 Porriño. Se atraviesa la villa por la plaza de San Sebastián y plaza do Concello, para Ilegar pronto a las inmediaciones de la capilla de las Angustias. Dos kilómetros al norte se cruza la N-550 y el río Louro para, superado el Palacio de Mos, emprender la subida de la rúa dos Cabaleiros.
Por Enxertade, con el valle al naciente, se Ilega en ligero ascenso a la capilla de Santiaguiño de Antas, un apacible lugar que bien merece un descanso. Luego, pasando ante el miliario romano de Vilar de Enfesta o de Saxamonde, se atraviesa la meseta de Chan das Pipas.
Siguiendo la vía romana el trazado se incorpora de nuevo a la N-550, internándose en Redondela a la altura del convento de Vilavella. En Redondela la ruta discurre por la calle Padre Crespo, plaza de A Farola y plaza de A Alfóndiga, antes de Ilegar a la iglesia de Santiago, cuyo origen se remonta a tiempos de Gelmírez, aunque fue reedificada en el siglo XVI, con nave única cubierta con bóvedas de crucería y cabecera poligonal que sostiene una bella cubierta estrellada. El albergue de la villa, situado en un edificio histórico del siglo XVI denominado 'Casa da Torre' es uno de los principales del Camino Portugués.