Asimismo, en los mares cálidos se produce un mayor gasto de energía respiratoria, la energía acumulada por la fotosíntesis es utilizada más pronto y por lo tanto la materia viva se reduce más. También la temperatura regula la reproducción de las especies aumentando sus poblaciones. En las regiones en donde existen notables variaciones de temperatura en el transcurso del año, las especies sólo se reproducen cuando se presentan las temperaturas favorables para ellas y deja de hacerlo durante las extremas.
Por último, la temperatura interviene en la flotabilidad de los organismos planctónicos. La densidad o peso del agua del mar se duplica cuando la temperatura oscila entre los cero y los 25º C. Entre menor sea ésta, la densidad será mayor y flotará mejor el fitoplancton, que al tener más luz aumentará en número. Por eso las zonas más frías de los océanos son las que presentan una mayor producción de organismos del plancton al sucederse las generaciones con mayor rapidez, y también por ello son más ricas para la pesca.
Sin embargo, hay que considerar que la menor productividad de las aguas cálidas en ocasiones es aparente, ya que en algunos mares de la región tropical el fitoplancton se extiende a mayor profundidad, debido a que la luz es más intensa y penetra más; en cambio, en los mares fríos se limita a las capas superficiales, y aunque el número de organismos por litro es mayor en estos mares, si se compara con el número de individuos en una columna de agua de varios metros de profundidad en mares cálidos, este número ya no es tan desigual.
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