El esquema general de la vida en los océanos es semejante al terrestre, ya que se necesitan vegetales verdes que fijen la luz del Sol para obtener su energía y producir materia orgánica, es decir, alimento; después, animales que se coman a los vegetales, y que a su vez sean devorados por otros animales, estableciéndose una cadena a la que se llama cadena alimenticia.
El plancton es el conjunto de organismos, tanto vegetales como animales, adultos y larvarios, que viven en las aguas dulces o marinas, flotando o dotados de escasos elementos de locomoción; generalmente presentan tamaño microscópico y para medirlos se utiliza la micra (la milésima parte de un milímetro).
Los seres que forman el plancton son aquellos que se caracterizan por su independencia biológica con respecto al fondo y que están siendo acarreados por las aguas o nadando débilmente.
La cantidad de plancton que se encuentra en las aguas continentales de estanques, ríos y lagos es menor que la de los océanos, en los que alcanza cifras del orden de los trillones de individuos; por ejemplo, en aguas del fiordo de Noruega se han encontrado 1.5 millones de diatomeas y 10 millones de cocolitofóridos (pequeñas algas) por litro de agua del mar; y para las aguas del Báltico, las diatomeas alcanzan 130 millones por metro cúbico.
El plancton se encuentra en mayores cantidades en los mares de las regiones frías. Conforme está más cerca a los polos, el agua del mar se vuelve más densa en plancton y se observa que a 40º de latitud norte o sur se localizan entre 20 mil y 200 mil individuos planctónicos en cada litro de agua de mar.
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