Los vegetales sólo pueden existir en las capas más superficiales del mar, hasta una profundidad no superior a los 200 metros, debido a que necesitan la luz solar para llevar a cabo, con ayuda de su pigmento verde llamado clorofila, la fotosíntesis, es decir la síntesis de la materia nutritiva, representada por los azúcares, grasas y proteínas, a partir del agua, el bióxido de carbono y los nutrientes que fijan del agua del mar, como nitrógeno, potasio, calcio, sílice, hierro y otros elementos.
Durante este proceso de síntesis los vegetales expulsan oxígeno que se disuelve en el agua o pasa a la atmósfera. Se puede considerar que las aguas que cubren a la plataforma continental representan la zona más propicia para el desarrollo del fitoplancton, porque en ella se encuentran los elementos básicos, nutrientes y luz solar, que éste necesita para su vida. La superficie en el océano abierto recibe gran cantidad de luz solar, pero es pobre en nutrientes, y aunque éstos abunden en las aguas profundas, al faltar la luz, la existencia del fitoplancton es muy escasa.
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