Uno de los lugares de mayor surgencia en el Océano Pacífico se encuentra al norte y al sur de la región ecuatorial, donde se presentan estos fenómenos como resultado de la acción de los vientos alisios. Esta área, que tiene 1 300 kilómetros de largo y 80 de ancho, es una de las más ricas del mundo y en ella se capturan cerca de 15 millones de toneladas de diferentes tipos de especies marinas, lo que representa el 22% del total de la extracción comercial de pesca del mundo.
Otras importantes zonas de producción marina se localizan en las costas occidentales de los Estados Unidos y de México, y en las costas noroeste y sureste del África. En el Mar Arábigo las surgencias se relacionan con los vientos monzones. Frente al Continente Antártico existe una significativa zona de surgencia, donde se produce un pequeño crustáceo llamado krill, el principal eslabón en las cadenas de alimentación de las enormes manadas de ballenas, que el hombre captura para su aprovechamiento. La alta productividad de esta región y la existencia de grandes cantidades de krill están haciendo pensar al hombre en la mejor manera de aprovechar este recurso.
La materia orgánica producida por el fitoplancton es consumida por los animales herbívoros, que sirven de presa a los animales carnívoros del primer eslabón de la cadena; éstos, a su vez, pueden ser víctimas de los carnívoros del segundo eslabón, y así sucesivamente.
En estas cadenas de alimentación el rendimiento es cada vez menor conforme se asciende en los eslabones y alcanza un 10% entre uno y otro, ya que el resto de la materia orgánica que se asimila como alimento, se gasta en forma de energía durante las funciones del organismo (movimiento, respiración, reproducción, etcétera), o se pierde bajo la forma de restos orgánicos o detritos.
|