Este método es, a la vez, muy sensible y fácil de utilizar en las exploraciones oceanográficas de rutina, y ha sido adoptado por los principales laboratorios oceanográficos de todo el mundo. Desde entonces se ha podido acumular una gran cantidad de información sobre la productividad de las principales regiones oceánicas.
Otro método, más simple y menos costoso, fue desarrollado por el biólogo noruego Gran y utilizado durante más de 40 años. Consiste en medir la cantidad de oxígeno producido por el fitoplancton. Esto permite evaluar la actividad metabólica de los pequeños vegetales del fitoplancton, indicando de una manera aproximada la productividad primaria neta durante cierto periodo de tiempo.
La gran productividad primaria que presenta el fitoplancton marino ha hecho que se tenga la esperanza de alimentar a la humanidad directamente con estos pequeños organismos del mar. No es imposible que un día se logre este propósito; sin embargo, los problemas de recolección del fitoplancton en gran escala o de su cultivo intensivo aún no están suficientemente estudiados; tampoco se conoce la manera de hacerlos llegar al hombre a precio accesible y con un sabor agradable a su paladar. Se espera que la tecnología pueda ayudar a resolver estos problemas y solucionar los planteados por el hombre en el mundo actual.
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