Estos caparazones se acumulan en gran cantidad en los fangos oceánicos y a través del tiempo han formado rocas en las que se conservan caparazones impregnados de carbonato de calcio en forma de calcitas y aragonitas. El estudio de los "fangos fósiles", llamados "la creta blanca", característica de los acantilados cretácicos, formada en su totalidad por caparazones de cocolitofóridos, ha demostrado que estos pequeños vegetales poblaban los mares mucho antes que los dinoflagelados y las diatomeas y que, posiblemente, fueron de los primeros organismos que aparecieron en nuestro planeta.
Se conoce un gran número de especies fósiles de cocolitofóridos, y se las utiliza como indicadores de los cambios climáticos que se presentaron principalmente en la Era Mesozoica. También descubrimientos recientes de grandes acumulaciones de caparazones fósiles han hecho pensar a los investigadores que posiblemente fueron los responsables de la formación de yacimientos petrolíferos. La mayoría de los cocolitofóridos son marinos; se les encuentra poblando mares cálidos y templados, colaborando a la productividad primaria total en los océanos. Se han descrito 250 especies vivientes y un número grande de especies fósiles. Como ejemplo se puede mencionar al género Acanthoica.
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