Los organismos de Larvacea son Tunicados pelágicos, caracterizados por la conservación de la notocorda en el estado adulto y la carencia de cavidad atrial y cloaca. El cuerpo consta básicamente de un tronco, cuya longitud excepcionalmente sobrepasa los 5 mm y una cola, generalmente varias veces más larga que el tronco, el cual contiene la notocorda.
El Ictioplancton, es decir, huevos, larvas y postlarvas, y en cierta medida, los juveniles de peces, constituyen una componente de gran importancia dentro de las comunidades planctónicas, y especialmente meroplanctónicas. Esto se debe a que la gran mayoría de los peces Teleósteos poseen huevos planctónicos y que estas especies se caracterizan por una fecundidad elevada. Además, las larvas y postlarvas de las especies que tienen huevos demersales (pegados al sustrato) o semidemersales, llevan una vida pelágica, integrándose a la comunidad planctónica. La aparición de huevos y larvas de distintas especies de peces en el mar está íntimamente relacionada con el ciclo anual de la maduración sexual de los adultos. Por lo tanto, la composición cualitativa y cuantitativa del Ictioplancton es variable durante el año.
En el zooplancton se distinguen dos tipos de organismos: primero, aquellos que en todos los estados de su ciclo biológico, es decir desde que nacen hasta que mueren, viven formando parte del plancton, llamados en conjunto holoplancton o plancton permanente, grupo al que pertenece la mayor parte de las especies planctónicas; segundo, los que sólo pasan algunas etapas de su vida como formadores del plancton, generalmente la de huevos y larvas, o sea sus fases juveniles, y reciben el nombre de meroplancton o plancton temporal; éste es el caso de los peces.
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