RADIOLARIOS
Los radiolarios constituyen un grupo de protozoarios rizópodos, es decir que se mueven por medio de seudópodos, exclusivamente marinos y principalmente planctónicos; la mayoría de ellos poseen un esqueleto perforado de belleza sorprendente, formado por sílice que les da un aspecto de vidrio y que ofrece una extraordinaria variedad de formas. Su nombre lo deben a que sus finas prolongaciones del cuerpo o seudópodos se arreglan de manera radial y con ellas capturan su alimento y realizan desplazamientos verticales.
Estos animales abundan en las aguas de los mares fríos; sin embargo, también se pueden encontrar en algunas playas de mares tropicales formando grandes depósitos, como en la arena de Playa Habana de Cuba.
Sus esqueletos constituyen un componente importante de los sedimentos del fondo, especialmente a profundidades de 2 000 metros o más, y en ciertas zonas forman un tipo de fondo denominado "barro de radiolarios", que se estima cubre el 5% de los fondos oceánicos, como por ejemplo las famosas tierras de Trípoli en Orán, Sicilia, Zante, en el Mediterráneo, y los depósitos de las Islas Kar Nikobar en el Océano Índico, que son mundialmente conocidas.
La célula que forma el cuerpo de los radiolarios se encuentra diferenciada en dos zonas: la externa, ectoplasma y corteza, y la interna, endoplasma o médula, divididas por el caparazón que en un principio es quitinoide y después se impregna con sílice.
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