Casi todos los animales marinos se alimentan de diversas especies a un mismo tiempo y, a menudo, en las diferentes etapas de su ciclo vital cambian la clase de alimento que consumen.
Lo anterior se puede observar al estudiar la alimentación durante el ciclo vital del bacalao, de cuyo huevo nace una larva que vive en el plancton, alimentándose de fito y zooplancton; más tarde desciende al fondo y allí comienza a devorar pequeños animales. Un bacalao juvenil de mediano tamaño tiene una dieta variada de invertebrados del fondo y de pequeños peces, y con frecuencia nada hasta las capas superficiales para capturar el zooplancton de mayor tamaño. El hábito de comer peces se acentúa a medida que el bacalao va llegando a su estado adulto; sin embargo, en los lugares donde se practica la pesca de esta especie a gran escala, existen pocos bacalaos grandes y viejos. La mayor parte de la captura consiste en peces que se están alimentando en todos los niveles de la cadena de alimentación y, por lo tanto, su abundancia dependerá, entre otras cosas, de la cantidad de zooplancton.
Parte del alimento que los animales del zooplancton consumen sirve para el crecimiento de su cuerpo, ya que otra parte la van a gastar en su metabolismo, es decir en producir, durante su respiración, la cantidad de energía que necesitan para realizar sus funciones, entre otras, los pequeños desplazamientos que tienen que hacer para conseguir el alimento y con él recuperar la sustancia orgánica que están gastando. La eficacia en el crecimiento de los animales generalmente sólo es del 10 al 20% de la cantidad de presas que ingieren.
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