Además, algunos de los individuos que forman el fitoplancton tienen propiedades tóxicas, en especial las peridíneas como Gymnodinium, que ocasiona problemas de respiración en los organismos marinos y puede causarles la muerte, y Gonyaulax catenalla, que produce sustancias venenosas mortales para los seres marinos y para el hombre; cuando abunda en el agua del mar, ésta se ve roja y recibe el nombre de "marea roja"
Para evitar estas especies del fitoplancton, la recolecta del plancton para la nutrición del hombre se tiene que realizar con redes de mallas anchas, que no se llenen, dejen pasar el fitoplancton y sólo detengan al zooplancton, en especial a los copépodos.
Por lo tanto, la situación es más prometedora en la alimentación humana con plancton animal constituido por organismos de mayor tamaño, y en particular es muy atractiva la posibilidad de usar como alimento a los crustáceos planctónicos conocidos como eufáusidos y copépodos.
Se trata de organismos muy grandes para ser recolectados con relativa facilidad, con la ventaja de que raramente son venenosos o desagradables al paladar, y su caparazón es tan blando que no ofrece mayor problema para el consumo y la digestión; por último, y esto es lo más importante, tienen un alto valor nutritivo: su contenido de proteínas supera el 11%, el de carbohidratos casi llega al 80%, y contienen importantes cantidades de otros elementos nutritivos, como las necesarias vitaminas A y D.
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