• Los radiolarios presentan un esqueleto estructurado por sílice, que al microscopio se observa como si fuera de cristal con ornamentaciones en arreglos que forman esferas con espinas radiales, sobre las que el animal extiende unos seudópodos delgados cuando necesita flotar o se contrae cuando quiere bajar a mayor profundidad. De estos protozoarios se han identificado más de cuatro mil especies, que viven todas en aguas marinas y salobres.
• Existen en aguas dulces otros protozoarios semejantes a los radiolarios por presentar seudópodos largos y radiales, pero éstos carecen de esqueleto; son los llamados heliozoarios, que también flotan extendiendo su cuerpo sobre el eje de sus seudópodos aumentando el volumen de su cuerpo y disminuyendo, por lo tanto, su peso específico, lo que impide que se hundan.
• Los copépodos son unos diminutos animales pluricelulares que miden entre uno y dos milímetros, parientes de los camarones, y que por consiguiente pertenecen al grupo de los crustáceos; abundan en el plancton.
Su cuerpo está constituido por varios segmentos arreglados en dos regiones, una formada por la unión de la cabeza y el tórax y la otra por el abdomen; en estas regiones se encuentran sus apéndices estructurados por pequeñas placas articuladas y que sirven para la locomoción o para transportar sus huevecillos. Tanto el cuerpo como los apéndices llevan una serie de largas cerdas que les confieren un aspecto vistoso y bello.
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