Las causas de estas migraciones verticales del plancton son sin duda múltiples y algunas todavía no se conocen. La luz influye para provocar el descenso diurno de numerosas especies de zooplancton por fenómenos llamados fototactismos negativos; una prueba de ello es que algunos individuos de una especie determinada se encuentran más cerca de la superficie en días con cielo nublado que en los que lo tienen despejado.
En los mares polares casi todas las especies que forman el zooplancton se mantienen prácticamente al mismo nivel durante las 24 horas de un día completo de verano, en los que se presenta una total oscuridad; mientras que durante el otoño polar, en que aparecen los días y las noches, se observa una migración vertical de la mayoría de las especies, cuya regularidad recuerda las migraciones del zooplancton de los mares de latitudes más meridionales. En el caso del fitoplancton la luz es un factor indispensable para que pueda elaborar su alimento, por lo que siempre se encontrará distribuido en las capas superficiales.
Otra causa de las migraciones verticales del plancton reside en las necesidades alimenticias de las especies. La cantidad de plancton disminuye con el aumento de la profundidad; por lo tanto, una especie determinada se beneficiará ascendiendo de noche a capas más próximas a la superficie, donde encontrará una alimentación más rica que en el nivel donde pasa el día.
Podríamos pensar que sería lógico que esta especie se quedara siempre en esa capa donde se encuentra mayor cantidad de alimento; sin embargo, esto no sucede, ya que en el día vuelve a descender a su zona original, posiblemente al reaccionar en contra de la luz o para escapar de los animales que viven en él y se guían por la vista para cazar, mostrándose muy activos durante el día.
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