La capa oscura clásica se encuentra a profundidades de 250 a 300 metros y en ella viven crustáceos del grupo de las quisquillas que forman poblaciones de cientos de organismos por metro cúbico de agua del mar. Existen capas oscuras más superficiales, a 100 metros de profundidad, formadas principalmente por fitoplancton. Otras capas se encuentran a mayor profundidad, generalmente a los 500 metros, compuestas por larvas de peces.
La luz tiene una notable influencia sobre las migraciones verticales que pueden presentar estas capas oscuras, y así se observa que se acercan a la superficie durante la puesta del Sol para volver a su profundidad normal al amanecer.
En las zonas profundas del océano, en donde la luz casi no llega, van a reinar condiciones muy particulares, lo que hace que a partir de la zona infrapelágica el comportamiento del plancton profundo adquiera características especiales. En primer lugar, se plantea el problema de las fuentes de alimento: teniendo en cuenta que la producción de este alimento está concentrada en la capa iluminada, para los animales que viven en las capas menos iluminadas del océano todo tiene que venir de arriba siguiendo diferentes métodos.
La distribución de los organismos en el océano es más fácil de estudiar en el dominio bentónico, es decir, los organismos que viven en el fondo de los mares, ya que las características fisicoquímicas y biológicas que forman su cuadro ambiental son más o menos constantes, lo que hace que estos individuos desarrollen su estructura y realicen sus funciones de tal modo que les permitan adaptarse fácilmente al medio donde se encuentran.
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